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Blog especializado en psicología positiva, disciplina científica que estudia el bienestar y la felicidad desde una perspectiva científica

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¿Cómo tener relaciones de pareja de calidad?

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En este post os dejo una entrevista realizada para el canal de YouTube Mentes Curiosas donde expongo los principales problemas que tienen las parejas hoy en día.

Averigua cómo puedes tener relaciones de pareja de calidad.

En la actualidad, una de las mayores demandas que escuchamos los psicólogos en terapia son  las  referidas a conflictos con otras personas, con nuestra familia, hijos, parejas, jefes o compañeros de trabajo, etc.

Dado el impacto que tienen las relaciones positivas en nuestra salud y en nuestro bienestar, considero que es una prioridad el aprender cuáles son las herramientas científicas más potentes que podemos enseñar a las personas, para que puedan ponerlas en práctica en su día a día.

En esta entrevista averiguarás cuáles son los principales problemas que presentan las parejas en la actualidad y cuáles son las claves para resolver los conflictos existentes en nuestras relaciones. Estas además, son extensibles a todo tipo de relaciones personales.

¿Cómo puedes mejorar tus relaciones en general y de pareja en particular?

  • Reduciendo las  interacciones negativas.
  • Mejorando la comunicación asertiva y empática.
  • Incrementando las interacciones positivas
  • Manteniendo equilibrio entre nuestro desarrollo personal y el de nuestra pareja. ¿Cómo puede la meditación ayudarnos?

 

 

 

Puedes descargarte gratis AQUI la guía definitiva con la que aprenderás a construir relaciones de pareja más positivas y significativas.

Y si quieres profundizar y poner en práctica mi técnica infalible para aprender a construir relaciones de pareja de calidad, DESCÁRGATE mi curso Parejas positivas, parejas felices. Y aprende de una vez por todas las claves para ser feliz en pareja.

 

Entrevista realizada por Yaiza Leal.

pareja

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5 creencias limitantes que tienes como mujer y entorpecen tus relaciones sentimentales

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Creencias Limitantes de las Mujeres

Aquí viene un post de invitado de la psicóloga  Yaiza Leal, que viene a hablarte de cómo puedes identificar y mejorar las creencias limitantes que tenemos las mujeres y que pueden interferir en la calidad de nuestras relaciones sentimentales. Te dejo con ella. ¡A disfrutar!.

¿Cómo saber si tienes creencias limitantes en tus relaciones sentimentales?

¿A veces no te entiendes con los hombres?

¿No les entiendes a ellos o no te entiendes a ti?

Cada persona vive las relaciones sentimentales de maneras muy distintas. Sin embargo, hay un patrón de creencias limitantes que puede afectarte y limitar tu relación satisfactoria con los hombres si las dejas vivir en ti.

Muchas veces ni si quiera nos damos cuenta de esas creencias, ya que las tenemos incorporadas. Algunas las incorporamos de pequeñas. Viendo la TV, la relación de nuestros padres, familiares, amigos, amigas…

Incluso muchas creencias sobre las relaciones sentimentales son inducidas por la cultura, sociedad y religión predominante en tu lugar de origen.

No te entretengo más, a lo largo de este post encontrarás:

  1. Una introducción.
  2. Qué es una creencia.
  3. Creencias limitantes.
  4. Típicas creencias limitantes de las mujeres hacía las relaciones sentimentales (y sus consecuencias).
  5. Cómo transformar las ideas limitantes en oportunidades.
  6. Conclusión.

Empezamos…

Una introducción

Mientras que sigamos pensando, todos tenemos creencias limitantes sobre el amor, los hombres, las mujeres y las relaciones sentimentales.

Es inevitable, a la mente le encanta categorizar, y como profesional de la mente te aseguro que lo categoriza todo.

Y dentro de estas categorías, hay tres grupos:

  • CATEGORÍAS NEGATIVAS.
  • CATEGORÍAS NEUTRAS.
  • CATEGORÍAS POSITIVAS.

Puedes imaginar en qué consiste cada una.

Las categorías negativas se forman a partir de los comentarios y experiencias negativas que vives con los hombres y las relaciones sentimentales. Ya sea directa o indirectamente.

Las neutras, por falta de experiencia o por decisión propia, son todas aquellas creencias sobre los hombres y las relaciones sentimentales que no interpretas ni como buenas, ni como malas. Solamente entiendes que forman parte de ellos, de la relación o tu propio proceso.

Y en último lugar, y el más importante, las categorías positivas. Son todas aquellas cosas buenas que piensas sobre los hombres y las relaciones sentimentales. Repito, positivas, que no tienen por qué ser románticas.

“Lo más positivo de una relación no va acompañado de romanticismo.” Clic para tuitear

Antes de seguir, me gustaría que apuntaras en un papel 2 o 3 creencias de cada categoría. ¡Descúbrete!. Estoy segura que al escribirlo te sorprenderás.

¿Lo tienes?

Entonces sigo.

Qué es una creencia

Una creencia es una idea sobre algo. Pero no una idea cualquiera, ni una opinión.

La palabra creencia quiere decir que tu idea ya tiene patas y cabeza.

Por lo tanto, esto se traduce en que estás totalmente convencida de ello. Y también en que va a costar mucho sacarte de ahí si alguien te lleva la contraria.

Aquí radica la utilidad de este artículo. Muchas mujeres se sienten mal porque no se sienten entendidas o satisfechas en sus relaciones. No obstante,  a menudo pocas examinan qué es lo que realmente falla dentro de ellas. Y te aseguro que la respuesta nunca es el cuerpo.

Las creencias, para ser tan sólidas han tenido que contar con algún tipo de evidencia. Y esta evidencia se llama la propia experiencia.

Tus aprendizajes y experiencias te han llevado a crear tus creencias, porque lo has sentido en tu piel. Pero esto no significa que sea lo más conveniente ni mucho menos la única manera de sentir.

Creencias limitantes

Un pensamiento o creencia es limitante cuando no te hace ningún bien. Cuando emocionalmente te hace sentir mal, te hace malpensar, de ti y de los demás, en concreto de los hombres y de relaciones sentimentales.

Como la base del pensamiento y la emoción es negativa, tu actitud es negativa, tu conducta también (lo que dices o lo que haces), e inevitablemente, tus resultados son desastrosos. Una mala relación con tu pareja o los hombres.

En la vida se presentan muchas situaciones, por lo que es difícil que no hayas sufrido alguna vez por los hombres o alguna relación. Y por lo tanto, que hayas generado pensamientos y creencias negativas.

Vamos a explorar las más comunes.

Típicas creencias limitantes de las mujeres hacía las relaciones sentimentales (y sus consecuencias)

1# “Él siempre tiene que dar el primer paso.”

Para empezar una relación, para decir te quiero, para tener sexo, para pedir matrimonio, para decidir tener hijos…

¡Cuánta presión le damos a los chicos!. Es cierto que este comportamiento ha destacado durante muchos años de nuestra evolución cultural. Sin embargo, si creemos en la igualdad, no tiene ningún sentido.

Lo malo de esta creencia es que al presionar al hombre, lo acabas alejando más de ti y de todo esto que quieres. Ya que nota que es una obligación más que un deseo. Y a nadie nos gusta hacer las cosas por hacer, y mucho menos tener un novio o un hijo así.

2# “Si se va antes a ver el fútbol (o a hacer algo que le guste) con sus amigos, es por qué no me quiere”.

Este es un tema delicado, ya que depende realmente de cuántas horas se le dedica a cada ámbito y cómo se gestiona.

Sin embargo, la creencia negativa tiene efecto cuando independientemente del tiempo que el hombre esté haciendo algún hobbie o con sus amigos, se interprete esta situación como una amenaza (y una posible discusión).

Lo negativo de esta creencia es que se reprime al otro. No se le conoce ni acepta tal y como es. Y no se le respeta ni su voluntad, ni su tiempo libre para disfrutar de las otras esferas de la vida más allá de la pareja.

3# “Si no se tiene sexo cada semana, si no, algo va mal.”

Bueno, bueno. Una da las creencias limitantes que ha traído más problemas, discusiones, chistes y malentendidos en la historia de las relaciones.

Es cierto que si no hay nada de sexo durante mucho tiempo en una relación sentimental, los psicólogos lo podemos interpretar como una posible señal de relación insatisfactoria. Pero lo que nunca podemos afirmar es que porque haya poco sexo, incluso nada, se trata de una mala relación condenada a morir.

¡No somos videntes!. No sé qué pasará en el futuro de cada relación de pareja que se presenta en la consulta, solo sé que cada relación es única y hay que explorar esta señal en su debido contexto.

Y para ello probablemente en cada caso estudiaré qué relación ha tenido cada uno con el sexo, cuántas parejas previas ha habido, cómo es el sexo entre ellos, cómo son los otros aspectos de la pareja… y unos cuantos criterios más que hay que tener muy en cuenta antes de afirmar que una relación va mal por el sexo.

4# “Si tienes novio y te fijas en otros es porque algo va mal (al revés también)”

Esta creencia limitante también ha hecho mucho daño y creado mucha confusión.

El compromiso y la honestidad con la otra persona es importante, pero esto no quiere decir que no tengas otros sentimientos, o los mismos hacía otras personas.

Tu hombre no es el único hombre con quién podrías entenderte en el mundo, hay muchísimas parejas receptivas con quién probablemente congeniarías. Muchas personas con quién puedes tener relaciones satisfactorias. Muchas personas súper interesantes.

Sí, lo siento. No solo es guapo y buena persona tu novio. Pero debes de estar con él porque le valoras, te ayuda a seguir aprendiendo y entiendes la función que hacéis como equipo al juntaros.

Lo que marca la diferencia de tener una pareja a ir de flor en flor es tener claro qué quieres para ti, qué sientes por la otra persona, qué quieres para la otra persona y que estés dispuesta a comprometerte.

Si no lo tienes claro, te aconsejo empezar pensando en las cosas que no quieres. Cosas que no quieres ni de ti, ni de una relación ni para él.

5# “Una pareja tiene que contárselo todo.”

No hay que contarlo todo, hay que ser honesto y respetarse a uno mismo y a la otra persona.

Tu pareja no necesita que le cuentes todo lo que haces, opinas o piensas. Tu pareja necesita que le trates bien y que le ayudes a hacerle la vida más fácil.

Así de altruista. Se trata de amor, ¿recuerdas? Y esto nunca debe implicar sufrimiento, si no deseo de ser feliz y que el otro también lo sea.

Si le cuentas todo a tu pareja puede que a veces se agobie, que perdáis el interés por algunos temas o incluso por conoceros mejor a vosotros mismos.

Cómo transformar las creencias limitantes en oportunidades

Vivir el amor de manera consciente es uno de los mejores regalos de esta vida. Siempre me pone triste encontrar que acuden a mi consulta adolescentes o chicas jóvenes sufriendo por las relaciones con los hombres.

De hecho, esto fue lo que me llevó a crear mi libro Lo que cuesta amar. Muchos ojos, una misma mujer. Un libro en el que me baso en historias reales para ayudar a la reflexión y al camino de una relación consciente.

Vamos a volver a hacer un repaso de las creencias irracionales, pero esta vez, hablando de lo que podemos aprender de ellas.

Para ello vamos a iniciar de nuevo el recorrido pero añadiendo una o varias opciones para vivir una relación más plenamente.

1# “Él siempre tiene que dar el primer paso.”

Dale la vuelta a la tortilla. Toma la iniciativa. Se sincera y expresa lo que sientes y quieres. También lo que te gustaría, aunque no esperes que siempre se te dé.

2# “Si se va antes a ver el fútbol (o a hacer algo que le guste) con sus amigos, es por qué no me quiere”.

Empieza primero tú por asegurarte de introducir y gestionar bien el tiempo libre, social y hobbies antes de recriminarle algo a tu pareja.

Es fundamental que ambos hagáis otras cosas más allá de la pareja y las responsabilidades.

Intenta entender el significado que tiene para él las cosas que hace, cómo se siente en esos momentos.

3# “Si no se tiene sexo cada semana, si no, algo va mal.”

Al fin y al cabo el último objetivo del sexo es la reproducción, por lo que es normal que si no queréis tener hijos a veces tengáis más y a veces menos ganas.

Se puede estar enamorado de alguien y tener una buena relación sentimental sin sexo. Eso sí, se debe de ser sincero el uno con el otro, hablar de las necesidades de cada uno y procurar entenderse mutuamente.

A medida que avanzas en una relación, es cierto que se puede mantener el sexo y el deseo, por su puesto. Pero también que florecen nuevas formas de amarse igual o más gratas que hacer el amor.

4# “Si tienes novio y te fijas en otros es porque algo va mal (al revés también)”

Disfruta de ver y conocer a otras personas, pero respeta siempre tus límites a no ser que con tu pareja hayáis decidido mantener una relación abierta (un tipo de relación que a menudo genera bastante malestar y sufrimiento en alguna parte del proceso).

Hay muchas maneras de compartir con los demás. No siempre se tiene que profundizar mediante el sexo para conocer mejor a alguien. Sé que muchas personas no creen en la amistad entre hombres y mujeres, pero también es una creencia limitante.

5# “Una pareja tiene que contárselo todo.”

Piensa en contarle cosas que le aporten y que se den en un momento oportuno. No le utilices como contenedor emocional.

No esperes que siempre te anime o rescate de tu tristeza, aprende a gestionarla tu misma y comparte con el tu aprendizaje. Así os haréis más fuertes los dos. Y conseguiréis establecer un vínculo más positivo y saludable.

Conclusión

Como has visto, qué pensamos puede influir en cómo te llevas con tu novio.

Es por este motivo que te invito a reflexionar sobre estas creencias. Así como a inspeccionar qué otras creencias tienes sobre los hombres y las relaciones que de algún modo pueden seguir condicionándote en el presente.

Si no te sales con alguna estaré encantada de ayudarte a través de los comentarios.

¡Un abrazo!

 

Yaiza Leal

Psicóloga clínica y de la salud. Fundadora del Instituto de Crecimiento Personal y Mindfulness www.yaizaleal.com www.instituto.yaizaleal.com

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Relaciones Interpersonales, Sin categoría1 comentario

La capacidad de amar como clave de transformación personal

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La capacidad de amar

Mucho se ha escrito en torno al amor y la capacidad de amar desde tiempos inmemoriales. Si bien, es cierto que este ha ido ajustándose a los modelos sociales y culturales imperantes, se siguen arrastrando ciertas sinergias de épocas pasadas.

A pesar del enfoque mercantilista del amor en la actualidad, aún existe cierta cadencia romántica en la manera en la que enfocamos nuestras relaciones. ¿Por qué?

A lo largo de este post, intentaré poner algo de luz sobre una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza nos produce.

El motivo no es baladí, el amor y la capacidad de amar a otros es una de las motivaciones íntrinsecas más arraigagas en los seres humanos según la psicología humanista, y no solo eso, sino que es una poderosa fuente de felicidad y de transformación interior.

Los seres humanos tenemos dos grandes motivaciones fundamentales: desarrollarnos o autorrealizarnos y ser amados.

A veces ocurre, como decía el psicólogo, Carl Rogers, que estas necesidades básicas resultan incompatibles entre sí debido, en gran parte, a lo que él llamaba los condicionamientos del amor. Es decir, las numerosas condiciones que hay que aceptar para que podamos recibir el amor de los demás.

El Amor con condiciones

Estos condicionamientos, pueden ser tan sutiles que en ocasiones pasan inadvertidos. Sea cual sea, el amor que recibimos de los demás depende de las condiciones que los otros nos imponen para ser merecedores de su amor.

Aceptar el amor condicionado de los demás puede llegar a significar, en mayor o menor medida, la renuncia a ser uno mismo.

No todos hemos superado la etapa que confunde el amor con la seguridad. Y si nos vemos obligados a elegir entre el amor que nos da seguridad o la expresión de nuestro ser esencial es muy común, que como niños asustados, elijamos lo primero.

Priorizar la seguridad sobre el amor implica, exigir al otro el cumplimiento de un acuerdo equitativo entre partes, basado en un altruismo recíproco evolutivo, o lo que es lo mismo, un pacto interesado de intercambios mutuos, dirigidos a satisfacer nuestras necesidades y/o deseos.

Esto, en mi opinión, lejos de ser amor es otra cosa. La letra pequeña del acuerdo que destaca Elsa Punset, en su libro Inocencia Radical y que nadie te ha contando, pero que late implícitamente en cada acuerdo amoroso, es esta:

  1. Te elijo porque parece que puedes cumplir mis expectativas y satisfacer mis necesidades, y a cambio estoy dispuesto/a a satisfacer las tuyas.

  2. Tengo derecho cuando quiera a pedir pruebas de que éstas cumpliendo con tus responsabilidades hacia mí.

Así confundimos, en un cóctel explosivo, lealtades, responsabilidades, inseguridades, miedo y amor.

A tenor de las estadísticas y de la experiencia humana, rara vez resulta efectivo. No es de extrañar, por otro lado, dado que la carga que depositan o depositamos en nuestra pareja sea tan pesada que desencadene en un lógico resentimiento y/o sentimiento de impotencia.

El No Amor

Las relaciones, bajo este prisma, se convierten en fuente de expectativas mutuas y, por tanto, de mutuas decepciones.

No es natural ni sano, ni tan siquiera honesto, cargar al otro con necesidades propias que un adulto debería estar en condiciones de satisfacer por sí mismo. Si te encuentras en esta situación, siento decirte que has caído en las afiladas garras de la dependencia emocional.

Antaño, cuando este tipo de contrato afectivo se daba entre las personas en un contexto social sólido, la pareja podía encontrar algunas ventajas en la continuación de su alianza cuando el baño de dopamina y endorfinas menguaba y la pasión ya no cegaba.

Cambio de enfoque radical

Pero los últimos cincuenta años han marcado un cambio de enfoque radical.  Ahora celebramos y admiramos, en extremo, el individualismo y el desarrollo personal, en un intento de auto transcendencia de nosotros mismos. 

Ya no pensamos en la pareja como una unidad social que refuerza y nutre un tejido comunitario, sino que se ha convertido en la suma de dos individuos que aportan sus necesidades y expectativas mutuas para que el otro las alivie. Es decir, mi vida, mis deseos, mis necesidades, mis miedos, mis fracasos, “colgando en tus manos”. 

En este modelo, pelín anacrónico del amor, ni el amor ni la autorrealización tienen cabida.

Porque para amar de verdad, uno tiene que auto transcenderse a sí mismo, desarrollarse en todas las facetas de su vida y alcanzar su máximo potencial, superar sus miedos, asumir sus fracasos, transcender a sus limitaciones y convertirse en la mejor versión de sí mismo, porque solo así podrá convertirse en un ser pleno, seguro y con capacidad plena para amar.

Solo desde la plenitud interior es posible el amor. Todo lo demás, es ciencia ficción…

¿Cómo o cuándo perdemos la capacidad de amar desde la libertad?

Son varios los elementos que se conjuran para cercenar la inocencia inicial que todos tenemos.

Por un lado, perdemos nuestra capacidad infantil de habitar el momento presente y, por otro, somos víctimas de modelos afectivos limitantes.

¿Por qué dejamos de habitar el momento presente?

Perdemos nuestra capacidad de vivir plenamente el momento presente,  como consecuencia de la maduración de nuestra corteza cerebral, la cual nos lleva a adquirir funciones cognitivas superiores, como la capacidad de previsión, de planificación y de control. Sin duda, maravillosas funciones mentales, las cuales nos permiten construir escenarios futuros, crear, pronosticar y predecir, entre otras cosas.

Pero si se pervierten, se convertirán en  generadores de nuestros mayores miedos y ansiedades, dado que nos proyectan a futuribles escenarios inciertos y a pasados lapidarios e insufribles. 

Junto con el desarrollo de las funciones cognitivas superiores, perdemos la capacidad de abstraernos en el momento presente y disfrutar de este plenamente, sin pensar en nada más.

La maduración tardía de los centros de previsión situados en la corteza cerebral son los responsables de la manía adulta de ponerse siempre en lo peor, proyectándose hacia adelante y hacia atrás en un intento frenético, y en gran parte automático, por mantener el orden y la seguridad.

Ahora en la etapa adulta, el disfrute del presente solo puede hacerse de forma deliberada. Es decir, hay que entrenarse  en romper los patrones de pensamiento automático que nos enredan en un perpetuo bucle que oscila entre el pasado y el futuro, de manera intermitente y descontrolada.

¿Qué modelos afectivos hemos recibido?

Cuando tememos perder lo que hemos adquirido, el cerebro centra su energía en fabricar paredes defensivas en torno a nuestro bien preciado.

Cuanto más valoramos una posesión material o emocional, cuánto más pensamos que de su mera existencia y posesión depende nuestra felicidad, mayores serán los esfuerzos del adulto para rodear y proteger aquello de lo que cree depender. En un giro perverso, es el objeto amado el que da valor a nuestra vida. ¿Por qué?

Ningún niño sensato haría esto. El niño feliz contempla los dones de la vida con gran despreocupación, admira, desea, disfruta y reemplaza. El niño feliz está seguro, -hasta que muy pronto le convencen de lo contrario-, de que el mundo está lleno de fuentes de amor.

Nuestro modelo social no está pensado para facilitar el arraigo del amor en cualquiera de sus facetas.

No obstante, el modelo afectivo que enseñamos a los niños, les lleva de una forma natural del amar inocente y libre a un nuevo modelo de amor, basado en la responsabilidad social. La responsabilidad está bien, el problema, en mi opinión, radica en que los adultos enseñan un concepto de responsabilidad social algo peculiar.

¿Amor o responsabilidad?

En el proceso de maduración de un niño, la responsabilidad supone un destreza fundamental. El problema es que, de acuerdo con la forma adulta de pensar y de sentir, durante este proceso natural y necesario no solemos recalcar al niño que el abanico de su responsabilidad personal y social puede ser todo lo amplio que desee.

No, nuestros miedos nos impulsan a acotar cuanto antes, desde nuestro propio ejemplo, que solo tienen que responsabilizarse de unas pocas personas, alguna idea, el pago de la hipoteca y poco más. Esto reduce aún más su abanico afectivo, que hasta hacía tan poco tiempo estaba aún completamente desplegado.

…Tenían un mundo por hacer, mil cosas y seres a los que poder amar… Ahora, sin embargo, hay poco que hacer y casi nadie a quien amar.

El problema además radica en que cuando reducimos la responsabilidad personal, social o emocional a estos mínimos, necesitamos señales visibles de que los responsables de nuestra felicidad podrán asumir esa carga.

Tendrán que demostrar con señales repetidas y fiables, que pueden con la ingente tarea que les hemos encomendado.

Cuando fallen, como es probable que ocurra, dado que la carga es excesiva e inapropiada, la sombra de la decepción se cernirá sobre nosotros.

¿Amor o mercantilismo?

Desde esta mirada mercantilista y pragmática del amor basada en la necesidad, responsabilidad y dependencia, la relación esta casi siempre en tela de juicio.  ¿Responde el otro a nuestras expectativas?, ¿respondemos nosotros a las suyas?.

Mientras todo vaya bien, es decir, mientras el otro cumpla nuestras expectativas, la relación seguirá adelante. Pero y ¿cuándo el diálogo visible o invisible se torna amargo?. Entonces, la culpa y el reproche se instalan para quedarse…

En este tipo de amor, basado sobre el deseo urgente de satisfacción de necesidades y expectativas idealizadas, el guión está escrito: estar a la defensiva, canalizar el amor a cuenta gotas, no vaya a agotarse y requerir pruebas constantes del mismo, como garantía de que aún perdura. 

Y si, por el contrario, a quienes amamos nos fallan, entonces les recriminamos, protestamos amargamente y pensamos que nos equivocamos.

Somos rehenes de un sistema de motivación que caricaturiza el amor. Y es fácil en estas condiciones que las relaciones humanas se degraden lo indecible.

Hacia un nuevo paradigma del amor

Hay dos formas básicas de amar a los demás. Desde la dependencia afectiva o desde la libertad. Como fuentes de seguridad o como fuentes de aprendizaje. 

Para poder lograr experimentar el amor como un aprendizaje hay que lograr primero soltar el pesado lastre que supone agarrarse a la esperanza de que la otra persona, al fin, podrá salvarnos y podrá comprendernos completamente.

Este paso, es decir, –renunciar a que los demás nos resuelvan la vida- es difícil, incluso desgarrador, porque supone pasar una época desvalido/a en la que todavía no somos capaces de creer que todo lo que necesitamos está en nosotros mismos.

La soledad de retomar el camino de la vida desamparado puede ser difícil de sobrellevar. Pero si lo haces encontrarás protección, refugio y consuelo en ti mismo y después con el tiempo, también alrededor.

Crea un lugar interior para el amor y la amistad y encontrarás amigos y amor.

La vida no es lo que, la vida es lo que haces con ella. Clic para tuitear

Miedo a la Soledad

Aquí, sin embargo, es donde se atascan muchas vidas. Es este momento, en el que hay que soltar lastre, dejar ir al otro, perdonar, asimilar, seguir adelante en soledad, donde muchos personas, presas de miedo, se paralizan.

El miedo de los seres humanos a la soledad es sin duda un reflejo atávico derivado del miedo a la muerte cuando se estaba lejos del grupo humano que reguardaba y protegía.

Pero en la sociedad moderna, la proximidad física del otro no significa ni mucho menos que tengamos su amparo físico o afectivo. El mundo está poblado de personas que están rodeadas de familiares, vecinos, amigos, etc. y se sienten profundamente solos.

Amor como fuente de transformación personal

Amar, por tanto, implica atisbar el potencial más luminoso que encierra otra persona. Cuando amamos, aceptamos de manera incondicional la esencia de una persona y le devolvemos en un sola mirada el reflejo de lo mejor que lleva en sí mismo.

El amor, por tanto, si nutre, motiva y da confianza es una gran fuente de transformación personal. 

Sin embargo, solemos olvidar rápidamente lo que atisbamos cuando empezamos a querer a alguien. Se trataba de un potencial, no una realidad totalmente lograda. El amor apuntaba a algo que tenía que florecer, pero no era un cheque en blanco al portador.

Cuando presas de nuestras propias necesidades y anhelos cargamos al otro con la orden tajante de estar a la altura de todo lo que habíamos vislumbrado, ponemos una tremenda e injustificada presión sobre esta persona.

Así, el proceso de consolidación del amor requiere aceptar que cada uno está en permanente proceso de desarrollo y transformación. No se trata de admirar al otro y de cosechar sus frutos, sino más bien de contemplar sus posibilidades latentes y de facilitarle las condiciones que le permitan florecer. 

Si quieres adentrarte en un nuevo paradigma del amor, descárgate mi recurso gratuito, con el que aprenderás a través de un sencillo método, validado científicamente, como puedes mejorar tus relaciones personales y construir relaciones más positivas y significativas.

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¿Sabes seducir?. Un truco infalible para volverte irresistible

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” Toda buena comunicación, debe perseguir seducir al otro”.

La psicóloga experta en comunicación, Alejandra Vallejo-Nágera, en su libro: “Psicología de la Seducción”, se cuestiona si la capacidad para seducir es innata o por el contrario puede adquirirse a través del aprendizaje de técnicas adecuadas. La respuesta a esta pregunta es que se puede aprender a ser más seductor. En este post averiguaras cómo.

¿Qué es la seducción?

Seducir es atraer el apoyo automático de la gente. Al seducir colmamos el pensamiento del otro, prendamos su mente, hipotecamos su imaginación y logramos que nos recuerde cuando ya no estamos físicamente.

Se trata de una forma de comunicación que sigue leyes específicas, un juego psicológico orientado a fascinar en el que apenas interviene la belleza física, porque con el corazón y la cabeza imantados, el seducido suele encontrar atractivo e incluso arrebatador, el aspecto físico de los seductores.

La persona seductora, tiende a serlo casi en cualquier situación, ante hombres y mujeres de amplio espectro social.

El seductor es un prestidigitador emocional, un fascinador cuyo estilo varía de un individuo a otro en función del potencial de su carácter.

¿Qué distingue a una persona seductora o atractiva?

Las personas más atractivas y carismáticas parecen manejar códigos secretos y sutiles a cuyo hechizo resulta prácticamente imposible escapar.  Se presentan armados de herramientas que hacen el contacto fácil y confiable desde el principio.

Nos otorgan sensación de agilidad y fluidez, generan optimismo o bienestar y exhiben seguridad.

El seductor/a actúa con dos poderosos imanes psicológicos.

Aparenta ser exactamente como nos gustaría ser, emana virtudes particulares que nos apetece imitar o poseer.

Le presentimos capaz de guiarnos por caminos que tememos explorar en solitario, senderos fascinantes con los que soñamos en secreto.

En definitiva los seductores, son seductores, porque poseen lo que nos falta, ostentan cualidades que nutren nuestro lado psicológico más carente.

Para colmo, estas personas tan sublimes nos bendicen con su atención, nos prestan oídos, asiente, sonríen, repiten nuestro nombre.

En el cristal de sus ojos vemos nuestro propio reflejo mejorado, algo sin duda tan atractivo como adictivo, puesto que en su presencia nuestra autoimagen se vuelve áurea y opípara.

En este punto yace su magnetismo fundamental y su infalible método para obtener el apego de los otros.

El seductor es un artista de la empatía, abastecedor de las carencias sentimentales, operador del artefacto emocional Clic para tuitear.

¿Qué fines persigue la seducción y cuáles son sus destinatarios favoritos?

Toda seducción es una forma de comunicación persuasiva.

En todas las áreas de la vida social se produce algún tipo de influencia de los unos hacia los otros. Continuamente se nos pretende persuadir, se nos invita a un modo concreto de comportamiento, a una forma precisa de pensar y decidir.

La mayoría de las veces somos conscientes de ellos y presentamos una resistencia inicial que no siempre es sólida.

Con el empleo de técnicas adecuadas nuestra opinión puede plegarse y moldearse con facilidad.

Por ello, ser el blanco de la seducción provoca una incómoda sensación de vulnerabilidad o de vértigo, y también por ello, preferimos bloquear manejos externos y el embaucamiento de un líder, una marca, un amante o un colega.

Lo curioso es que nadie es seducido si no quiere serlo.

Somos nosotros quienes nos acercamos voluntariamente al magnetismo ajeno para saborearlo, atraparlo y aprender de él.

¿La capacidad para seducir es innata? o ¿Se puede aprender a ser encantador?

Quizá te preguntes si eres una persona atractiva, si tienes posibilidades de dejar a alguien totalmente fascinado. La respuesta es afirmativa.

Todos poseemos algún rasgo, por pequeño que sea que nos hace codiciables.  Lo que no significa que seamos conscientes de ello.

¿Todos los seductores presentan las mismas características?

Muchas personas, resultan involuntariamente atractivas, sin que de modo intencionado alberguen un propósito distinto al de llevarse bien con sus semejantes.

No todos los seductores ejercen un magnetismo similar, albergan intenciones idénticas, ni todas las personas sucumben al mismo tipo de seducción.

La personalidad del seductor, su temperamento, formación e inteligencia atraen a unos destinatarios y repelen a otros

El magnetismo de una persona radica en que cerca de ella nos sentimos mejor que cuándo estamos lejos.

Nos la imaginamos poseedora de algo que a nosotros nos falta, pero lo que verdaderamente nos atrapa se debe a que se muestra dispuesta a compartirlo, incluso en exclusiva.

He aquí la clave que unifica todas las tipologías del seductor, su herramienta fundamental: se las arregla para que a su lado nos sintamos importantes, únicos y originales.

En sus ojos vemos reflejada la imagen de nosotros mimos que deseamos poseer y proyectar.

La persona seductora siempre presta extraordinaria atención al otro, ensalza sus virtudes, fulmina sus complejos, regala aprobación a raudales y al hacerlo se garantiza el apego.

¿Existe algún método más infalible que otro?

Según la investigación científica existe un truco infalible en torno a la atracción interpersonal. Sus garantías de éxito alcanzan casi el 100%.

Consiste, simplemente en fichar la emoción positiva favorita del oponente. 

Una vez cazada, hay que fertilizarla para hacerla crecer y brillar en una proporción jamás experimentada anteriormente por la otra persona.

No se trata de disparar una retahíla de cumplidos. Semejante atrocidad solo puede hacerse cuando deseamos que el otro escape a toda velocidad.

Para seducir de un modo infalible hay que demostrar con una o dos frases, que se ha captado y se admira el germen de su valioso potencial.

En definitiva, se trata de sacar a la luz el atributo de su potencial del que se siente secretamente orgulloso y que teme mostrar en público. El don psicológico que aletea en el fondo sin atreverse a florecer del todo.

¿Cómo descubrir la emoción encubierta?

Muchas personas ocultan sus cualidades más fascinantes tras un muro intelectual. Esto es un mecanismo de defensa destinado a la autoprotección de nuestra identidad más profunda.

No obstante, para descubrir la emoción favorita y secreta de alguien, debes poner el foco en aquello que le preocupa. Si conoces sus preocupaciones y temores sabrás que subyace detrás de ellos y que emoción le dirige.

Para algunos puede ser la capacidad de conmoverse ante la belleza, para otros la ternura, la fortaleza interna, la honorabilidad, el arrojo, el conocimiento o la bondad.

El ardid, consiste en identificar esta fortaleza y robustecer tal aptitud de un modo contundente, sin vacilación. El desafío radica, por tanto, en adivinar qué singularidad palpita tras el muro protector que todos llevamos a cuestas y que embota nuestro más vulnerable don.

Por ejemplo, una persona extraordinariamente sensible podría preservar su delicada cualidad escudándose tras una aparente indiferencia.

Dile que admiras su objetividad y la facilidad con la que se distancia de sus problemas y estarás ensalzando su disfraz. Sin duda, se sentirá satisfecho porque verá lo bien que funciona su máscara, pero no le seducirás.

En cambio, prueba a admirar las cualidades que le ennoblecen. Por ejemplo, su capacidad para promover la bondad, para potenciar la hermosura, su ternura, su lealtad, etc. A ver qué pasa!.

En definitiva, en cada fórmula de atracción, late una lesión, pequeña o grande, que está pidiendo ser curada.

Si te ha gustado este post y te gustaría que profundizase en los perfiles de seducción que existe, deja un comentario.

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¿Duele el amor?. Guía de supervivencia afectiva

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No son pocas las personas que consideran que las relaciones de pareja y el amor va acompañado de una cierta dosis de dolor y sufrimiento.

¿Por qué es un creencia tan fuertemente arraigada en muchos de nosotros?

amor

¿Por qué fallamos tanto en el amor?. ¿Por qué tanta gente elige a la persona equivocada o se enfrasca en relaciones tan peligrosas como irracionales?

¿Por qué nos resignamos a relaciones dolorosas?.

Creemos que el amor es infalible y olvidamos algo fundamental para la supervivencia amorosa. No todas las propuestas afectivas son convenientes para nuestro bienestar.

No todas las propuestas afectivas son convenientes para nuestro bienestar Clic para tuitear

Nos guste o no, algunas maneras de amar son francamente insoportables y agotadoras, aunque tengamos instinto masoquista y vocación de servicio.

Cualquier vinculo afectivo donde nuestros valores esenciales se vean amenazados está contraindicado para nuestra felicidad, no importa cuanto amor le pongamos al asunto.

Es cierto que estar en pareja es una ardua tarea y que todos debemos “sacrificar” ciertas cosas para que la relación prospere, pero siempre en sentido constructivo.

Walter Riso, en su libro amores altamente peligrosos, describe una serie de estilos afectivos que el considera disfuncionales, dado que desgatan al otro y le quitan su energía vital, lo consumen lentamente o le confunden, hasta el punto de sentirse irracionalmente culpables o creer que sufrir por amor es un hecho normal y generalizado (como si amar y ser víctima fuera la misma cosa).

Es cierto que todos tenemos pequeñas locuras personales y que nadie es perfecto, pero las formas de relacionarse que mencionaré, van mucho más allá de una simple e inofensiva preferencia.

No se trata de meras minucias, sino que por el contrario son actitudes altamente tóxicas para quienes deciden entrar en su juego afectivo.

Reconocerlas nos permitirán tomar decisiones más sabias e inteligentes, respecto a nuestro futuro afectivo, ya sea evitando las relaciones o afrontándolas adecuadamente.

Se nos ha insinuado en nuestra sociedad que hay que aceptar a la pareja tal como es, y que no es conveniente pedirle que haga cosas que “no le nacen” o que no quiera hacer. Es decir, que hay una esencia que debe acatarse por respeto al otro. Estoy de acuerdo, pero también hay condiciones.

Hay que aceptar el modo de ser la pareja, siempre y cuando no tengamos que inmolarnos psicológicamente en el intento.

Hay que aceptar a nuestra pareja, siempre y cuando no tengamos que inmolarnos psicológicamente en el intento. Clic para tuitear

Te acepto como eres, si eso no implica autodestruirme para hacerte feliz, porque si tu felicidad es inversamente proporcional a la mía, algo está funcionando mal entre nosotros.

Frente a una incompatibilidad de raíz, la voluntad y las buenas intenciones no suelen ser suficientes para resolver el problema.

¿Cómo sostener una relación apacible con alguien que se cree especial y único y solo es capaz de quererse a si mismo?

¿Cómo lograr una relación siquiera decorosa con quien te considera una persona desechable o con alguien cuyos sentimientos hacia ti oscilan entre el amor y el odio?

¿Cómo sobrevivir a un amor hostigante que no te deja respirar o un amor ambivalente de contigo ni sin ti?

¿Cómo mantener una relación recíproca y cariñosa cuando tu pareja te impide expresar afecto?

¿Cómo vivir el amor en paz con alguien que te controla porque cree que eres inútil o incapaz?

¿Te entregarías en cuerpo y alma a alguien que te considera un enemigo potencial y se arrepiente de amarte cada día de su vida?.

Hay tantos mártires y son tan venerados por la cultura del amor incondicional, que se hacen un flaco favor a ellos mismos, a sus parejas y a la totalidad de la sociedad, que normaliza conductas y relaciones personales, que rozan lo patológico.

Es innegable que no todos tenemos la misma concepción sobre lo que debe ser una buena relación de pareja. Hay quienes consideran que un vínculo basado en el amor es para toda la vida, y en consecuencia no habrá límites para la tolerancia.

Por otro lado, están los que piensan que no es necesario morir de amor y que este nada tiene que ver con aguantar la irracionalidad y la patología del otro.

Cada quien decide qué hacer y hasta donde llegar, según su visión del mundo y de sus creencias. No obstante, lo ideal sería establecer un acuerdo sobre lo fundamental:

Una relación bien establecida será aquella en que ambos se encuentren satisfechos, puedan realizar sus proyectos de vida y no se vean ninguneados en sus derechos. Pero insisto: ambos.

Estilos Negativos Afectivos que debes evitar si quieres mantener una relación positiva de calidad

Walter Riso y otros autores han identificado ocho estilos afectivos, los cuales son considerados altamente lesivos y peligrosos para el bienestar emocional de las personas.

Quienes poseen estas maneras de amar pueden llegar a desempeñarse muy bien en ciertas áreas específicas, y por eso, la sociedad los acepta e incluso exalta como modelos a seguir. Pero su mayor incidencia, se hace evidente en las relaciones interpersonales íntimas, básicamente en el ámbito familiar y de pareja. Como dice un viejo refrán popular: “Luz de la calle, oscuridad de la casa”. De puertas para adentro, en el mundo privado del amor, las máscaras se caen y la alteración se destapa.

1. Estilo histriónico/teatral (Amor hostigante)

Las personas histriónicas poseen grandes habilidades para realizar actividades relacionadas con el teatro, el cine, la televisión o cualquier medio donde sean el centro de atención, pero en la vida amorosa tendrán serias dificultades para relacionarse tranquilamente y respetar los límites de la pareja.

2. Estilo paranoide/vigilante (Amor desconfiado)

Un individuo paranoide destacará en tareas donde la vigilancia y la desconfianza sean requisitos fundamentales para un buen desempeño, pero la convivencia con él puede convertirse en una experiencia aterradora y asfixiante. La premisa del paranoico/vigilante es deshumanizante: “la gente es mala y, si bajas la guardia, te lastimarán”, familia incluida. Ser recelosos y contraatacar es su mejor forma de sobrevivir en un mundo percibido como hostil y explotador.

El amor desconfiado pone al otro bajo sospecha y lo obliga a presentar descargos que demuestren su fidelidad y lealtad. Pero, el amor y la desconfianza no son compatibles. No encajan bajo el mismo techo.

3. Estilo afectivo pasivo/agresivo (Amor subversivo)

Se caracteriza por una conducta huidiza, evitativa y provocadora de los sujetos pasivo/agresivos va transformando el amor en irritación y frustración crecientes. Ames cuanto ames la persona pasivo/agresiva será un conspirador de la relación y a la vez incapaz de renunciar a ella.

4. Estilo narcisista/egocéntrico (Amor egoísta)

Los individuos narcisistas suelen ocupar cargos importantes en empresas o en política, gracias a su enorme competitividad y afán de poder, pero lastiman profundamente a sus parejas debido al egoísmo y egocentrismo crónico que las caracteriza.

5. Estilo obsesivo/compulsivo (Amor perfeccionista)

Las personas obsesivas/compulsivas alcanzarán un excelente rendimiento en aquellas tareas donde el perfeccionismo y control sean un requisito importante; sin embargo, cuando trasladan a su hogar el mismo patrón de exigencia terminarán presionando a sus seres queridos y creando un clima sumamente estresante.

6. Estilo antisocial (Amor violento)

Es una forma de antiamor o cosificación del otro. Supone convertir a las personas en objetos de uso múltiple y desprenderse de cualquier responsabilidad frente a la existencia ajena. Estar con alguien porque satisface algunas necesidades básicas, pero nada más.  No hay vínculo, solo aprovechamiento transitorio y explotación. El estilo antisocial se opone al sentimiento de compasión por los demás seres vivos, es lo contrario del altruismo, su opuesto natural.

Se puede deducir, que pretender alcanzar una relación saludable con alguien que carece de empatía, maltrata y es irresponsable no deja de ser una forma de suicidio asistido. Por desgracia, la mayoría de los que han intentado alejarse de un antisocial han tenido que recurrir a las autoridades debido a la violencia del otro. Es más o menos como querer domesticar a un dinosaurio. Y no estoy exagerando, las consecuencias para quienes se lanzan al ruedo con estos personajes son sumamente peligrosas.

Si lo que pretendes es restablecer el orden y equilibrar la relación del golpe, encontrarás que no hay lado sano; cualquier intento de rebelión será repelido con agresión física o psicológica. Recuerda que el individuo antisocial es incapaz de amar y que ni la culpa ni el remordimiento frenan su comportamiento.

Si eliges las estrategia de la línea dura para enfrentarte con un antisocial, serás una piedra en su zapato y un obstáculo para que acceda a sus fuentes de placer o diversión. No lo soportará y simplemente te quitará de en medio por las malas. Cuando se siente presionado es muy probable que despliegue una contraofensiva para ponerte en tu sitio.

El “amor maligno” se siente cuando nos ronda. En lo más profundo de nuestro ser sabemos si alguien es de fiar o no. Por lo que si alguno de los indicadores anteriores están presentes y si la esencia del otro se acomoda a lo descrito, ya sabes que hacer. Revisa tus vulnerabilidades, y cuando haya alguien antisocial tejiendo a tu alrededor una telaraña, sencillamente, aléjate.

7. Estilo esquizoide (Amor desvinculado o indiferente)

Es una agujero negro interpersonal donde cualquier manifestación de afecto desaparece sin dejar rastro. No hay seducción, expresiones cariñosas o acompañamiento, únicamente vacío afectivo y la necesidad de una independencia tan radical como impracticable. Ermitaños del amor o analfabetos afectivos, nadie les llega a fondo, nadie penetra en su fuero íntimo. Estas personas carecen de empatía emocional y les cuesta leer lo que el otro siente. Sufren de una enfermedad psicológica, llamada alexitimia, que consiste en la incapacidad de procesar información emocional y/o afectiva propia y ajena.

Querer a un esquizoide es como abrazar la nada. Cuanto más amor le entregues a un esquizoide, más te hundirás en la soledad, porque más se alejará de ti, Para el sujeto ermitaño el compromiso afectivo encierra y aliena.

8. Estilo limítrofe/Inestable ( Amor caótico)

Este estilo de amor se caracteriza por estar bordeando el límite entre la locura y la angustia. Amor de alto riesgo. Las parejas de las personas limítrofes describen su situación como vivir en el filo de la navaja, porque cualquier intento de mejorar la relación parece empeorarla.

Las personas con estas características serán impulsivas, emocionalmente inestables y con temperamento imprevisible y explosivo. Un cóctel de sensaciones y emociones fuera de control donde el amor será cada día más caótico y desesperante. Quienes cruzan la raya ignorando las señales de peligro, saldrán malparados.

Estos ocho estilos afectivos, son reflejo de trastornos de personalidad, que por desgracia no son casos aislados y que requieren de tratamiento. De hecho, son bastante comunes en nuestra sociedad. Las parejas/víctimas de los individuos que poseen este tipo de personalidades a veces tratan de equilibrar la cuestión recurriendo a la táctica del “perismo”, una estrategia por compensación muy apreciada por la cultura casamentera que proclama el aguante a cualquier coste: ” No es una persona muy expresiva, pero debo entender que es su manera de ser”, ” Es agresivo, pero va mejorando”, etc.

La mayoría de estos peros, no son otra cosa que formas amañadas de autoengaño y justificación ante el miedo o la imposibilidad de resolver el desacople afectivo.

¿Acaso deberíamos mantener el amor en cuidados intensivos toda la vida?. No estoy afirmando que haya que tirar la toalla ante el primer desacuerdo con el otro, no defiendo las relaciones desechables, lo que sugiero es la aplicación de un realismo afectivo que permita definir hasta cuándo seguir esperando la metamorfosis del ser amado.

Las personas que deciden romper con algunas de las formas de amar mencionadas no lo hacen de la noche a la mañana. Por el contrario, la gran mayoría de ellas luchan, piden ayuda profesional y van más allá de sus fuerzas, buscando dar segundas, terceras y quintas oportunidades, incluso cuando su integridad física y psicológica está en juego.

A veces debemos deponer las amas y comprender que determinadas batallas no son nuestras, no nos corresponden, o simplemente no nos convienen.

En resumen, el amor saludable es un amor apuntalado en la dignidad humana, en la convicción de que una buena relación favorece el desarrollo del potencial humano y lo reafirma. El amor saludable nace de un sentimiento apreciado y vital, que no se corrompe fácilmente. Es fuente de alegría y de ternura, es deseo, admiración y compañía.

No es un amor perfecto, pero sí valorado y cotizado, sin pretensiones celestiales. Amor bien calculado, sin devaluaciones, tasado en su punto, cercano, precioso, respetado, pero no indestructible.

 

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Entrevista Dafne Cataluña

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Entrevista a Dafne Cataluña.

Dafne Cataluña, Directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) de Madrid, donde ejerce su actividad como terapeuta y coach acompañando a personas a conocerse mejor a sí mismas, potenciar sus fortalezas, identificar sus emociones positivas, promover su sentido vital y elaborar planes de acción dirigidos a sentir mayor armonía y bienestar; además es responsable de la supervisión de los psicólogos que trabajan en el centro mediante programas de coaching, mentoring y sesiones clínicas.

Es vocal de la Sección de Psicología del Trabajo y las Organizaciones del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COPM) y coordinadora del grupo Psicología Positiva Aplicada del COPM.

Coordina e imparte clase en el Curso de Experto en Psicología Positiva que se realiza desde el año 2008 en el IEPP. A su vez imparte diversos cursos y conferencias relacionados con la Psicología Positiva en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COPM). Ha participado como ponente en diversas conferencias:

Licenciada en Psicología Clínica y de la Salud, Especialista en Psicología Positiva, en Psicología Forense, Experta en Psicoterapia e intervención en catástrofes y emergencias y Diplomada en Coaching Psicológico por la Universidad Complutense. Psicóloga colegiada Nº M-19819 y Miembro de la International Society for Coaching Psychology Nº 641. Practitioner Realise2 Model (Strenghts Coaching), acreditada por CAPP (UK).

Su formación se centra en mayor medida en actualizar sus conocimientos en Psicología Positiva, algunos congresos a los que ha acudido son el I Congreso Nacional de Psicología Positiva (España, 2012), The European Congress of Positive Psychology organizado en Copenhague en Junio de 2010 y The First Congresson Positive Psychology, organizado por la IPPA (International Positive Association) en Philadelphia (USA) en Junio de 2009. Su interés va más allá de esta disciplina, por ello se ha formado en diferentes herramientas de intervención para la mejora de la salud y bienestar.

Es además autora del libro: “Psicología Positiva: Pautas para incrementar tu bienestar”.

 

 

psicologia positiva

Preguntas entrevista

1.¿Qué es la Psicología Positiva?.

Es el estudio científico del funcionamiento humano óptimo.

2. ¿Qué la diferencia del coaching?

La psicología positiva es un paraguas de conocimientos teórico-prácticos que nutre a diferentes procedimientos de cambio, entre ellos el coaching, la terapia, la formación, la consultoría o el mentoring entre otros.

3. Desde tu experiencia clínica como terapeuta, consideras que la psicología positiva es realmente eficaz para tratar cuadros clínicos más graves, como la depresión?

Absolutamente, es un gran complemento que hace que los procesos sean más breves, más eficaces y percibidos como más llevaderos por los pacientes, les permite avanzar más y mejor porque focalizan en parte la atención sobre sus fortalezas personales y no sólo y exclusivamente sobre el malestar que experimentan.

4. En Estados Unidos desde hace unos años hemos sido testigos de la que algunos han denominado “tiranía de la positividad”, con el subsiguiente rechazo por parte de la gente a “tener que pensar en positivo” como si fuera una obligación. ¿Considera que este fenómeno podría producirse en España o son culturas diferentes en este sentido?

Son culturas muy diferentes indudablemente, pero no por ello nos hemos visto libres de la crítica con este tipo de contenidos y argumentaciones. De hecho, desde el IEPP estamos elaborando un material exclusivo para nuestros alumnos con el que puedan tener una visión profunda de todas las críticas que ha recibido la Psicología Positiva tanto divulgativas como científicas y de las contra argumentaciones que nosotros consideramos oportunas.

5. ¿Qué es la felicidad para la psicología positiva?. ¿Podemos aspirar a alcanzarla de una forma estable y duradera o, por el contrario, solo es aplicable a momentos puntuales y efímeros?

Depende de la definición que cada persona traiga consigo, si algo he aprendido con los años es que nada es, lo que parece. Por lo que la felicidad es un estado subjetivo e intransferible y variará en función de la persona y su momento vital. Eso sí,  esperar vivir ese estado en la misma intensidad y de forma constante es poco realista y sobre todo no muy saludable, psicológicamente hablando.

6.¿Qué papel desempeña el malestar y el sufrimiento dentro de la Psicología Positiva?. ¿Ignora la Psicología Positiva los estados emocionales negativos?

Las emociones desagradables son parte natural, esencial e innegable de la experiencia del ser humano, y la psicología positiva se enfoca en el funcionamiento humano, por tanto, lo tiene en cuenta. Un ejemplo de ello es el fomento de la resiliencia, de una visión de aprendizaje de una situación dura que hayamos vivido. Aunque en ese momento las emociones experimentadas no hayan sido las más agradables sí que nos han servido como vehículo para crecer y mejorar en algún sentido.

7. La Dra. Sonja Lyubormirsky, una de las mayores representantes de la Psicología Positiva, considera que las condiciones externas solo determinan el nivel de felicidad experimentado en torno al 10%. Podría matizar un poco esta afirmación, porque entiendo que será solo aplicable a aquellas sociedades que mantengan niveles mínimos de calidad de vida o tengan las necesidades básicas cubiertas.

Desconozco las características concretas de la muestra utilizada por Lyubomirsky. Consideremos su estudio y conclusiones como uno más donde las reglas matemáticas en psicología nos han demostrado que el margen de error puede ser amplio. Este está en función no sólo de la cultura, sino de la educación o de la edad…, entre muchas otras variables. Esta fórmula viene a confirmar los mensajes del modelo biopsicosocial pero con cifras más concretas. En mi caso me ha resultado muy útil para trabajar el locus de control tanto interno como externo.

8. En la actualidad, diriges el Instituto Europeo de Psicología Positiva, que es un centro que se encarga de la divulgación, formación y terapia de la Psicología Positiva. Desde su experiencia. ¿Cuál es el impacto que esta terapia positiva está teniendo en sus pacientes?

Pues me parece algo pretencioso elogiar mi propia actividad y resultados, así que te animo a que les leas a ellos, que suelen hacerme el favor de compartir su experiencia, que puedes leer aquí: https://plus.google.com/+InstitutoEuropeodePsicolog%C3%ADaPositivaMadrid/about?gl=ES&hl=es-ES

9. ¿Qué es para ti una vida feliz? Y qué consejos le darías a los lectores de este blog, acerca de las pautas más efectivas para incrementar el bienestar

Esto es muy personal. En este preciso instante es estar con mi familia y con mis amigos más queridos, disfrutar de los pequeños momentos y saborear el amor en toda su extensión, como madre, como mujer, como hija, como compañera, como amiga… En este momento podría resumirlo en darme tiempo para crecer y recibir amor.

10. ¿Es posible incrementar la felicidad de una forma sostenible en el tiempo?

Con esfuerzo sí, considero, y esto es una opinión personal, no profesional, que la felicidad requiere de atención y redirección de nuestro pensamiento y acción hacia donde nos sentimos mejor, porque en ocasiones el entorno no lo facilita y es la acción proactiva la que puede llegar a permitírnoslo.

La felicidad requiere de atención y redirección de nuestro pensamiento. Dafne Cataluña Clic para tuitear

11. ¿Qué futuro le augura a la Psicología Positiva?

El mismo que hace 10 años, seguir avanzando, descubriendo lo que mejor funciona y asentando las bases de lo que dentro de muchos años será un conocimiento ampliamente difundido.

Si quieres empezar hoy mismo a construir una vida más feliz, a través de la mejora de las relaciones interpersonales. Puedes descargarte gratis AQUI, la guía práctica de BeHappiesT, para mejorar tu relación de pareja y dejar de discutir por tonterías, con la que pondrás en práctica una de las técnicas científicas que cuenta con un mayor respaldo científico por parte de la Psicología Positiva.

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